¿Inviertes en ti mismo?

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No dejamos de escuchar en todos lo medios de los que disponemos de oportunidades de inversiones con mayor o menor rentabilidad, las cuales en ocasiones nos aseguran que con un poco de tiempo que se le dedique se pueden convertir en un medio sencillo de ganarse la vida. Algunas de estas inversiones requieren de nosotros una cantidad determinada de dinero, mientras que otras nos piden que hagamos una acción concreta por la cual nos conceden un pago inicial que podemos ampliar o negociar con el objetivo de hacerlo crecer, algo que en ocasiones requiere de nosotros una dedicación que podríamos denominar como exclusiva y que no es rentable en la mayoría de las ocasiones.

 Pero algunas veces olvidamos un aspecto muy importante de las inversiones, y es invertir en uno mismo. Me refiero no solo a depositar una cantidad concreta de dinero con la ilusión de que este crezca y nos permita retirarnos a vivir de las rentas, sino a preocuparnos un poco por conocer de primera mano los mecanismos que hacen funcionar estas inversiones y de este modo estar mejor preparados con el objetivo de hacer lo necesario para mejorar las opciones de rentabilidad que pueda ofrecernos cualquier inversión, así como conocer otras posibilidades que se puedan presentar en algún momento y que nos permitan diversificar.