La llegada de la crisis y la incertidumbre laboral a la que nos hemos visto expuestos casi todos los ciudadanos del denominado primer mundo ha cambiado mucho las expectativas de trabajo de los habitantes de la mitad del planeta, tanto que cosas que antes apenas tenían importancia hoy día parecen aumentar en relevancia para quienes buscan una manera de salir adelante. Uno de los ejemplos más significativos es el estado en el que se puede encontrar la bolsa de empleos de cualquier ayuntamiento por pequeño que este sea.
Los ayuntamientos han contado siempre con un grupo de personas apuntadas para trabajar en determinados momentos en los que es necesario hacer un refuerzo de plantilla o sustituir a algún trabajador por determinada circunstancia. No obstante, si bien algunas localidades tenían que buscar algunas veces trabajadores en ciudades o pueblos cercanos, a día de hoy la bolsa de empleos de cualquiera de estas se encuentra tan repleta que no se puede hacer frente a toda la demanda de trabajo que tienen, pues además de aumentar el número de personas desempleadas se han reducido tanto las ayudas para estimular la economía como el número de puestos de trabajo que se necesitan.
Las entidades públicas se están viendo desbordadas, y tratan de dar trabajo a todos los vecinos que lo necesitan, pero la realidad es que a día de hoy eso es sumamente complicado.